Los aniversarios “redondos” de la fecha de publicación de libros canónicos o que conllevan un fuerte simbolismo cultural o político ofrecen la oportunidad de hacer un balance de su importancia e influencia a través de conferencias, publicaciones, exhibiciones y otras actividades conmemorativas. En el campo de la literatura en español, se ha hecho cada vez más frecuente en años recientes la publicación de “ediciones conmemorativas” de libros que tienen 50 años o menos. En 2013, por ejemplo, se hizo una por los 50 años de Rayuela; en 2015 fue el turno de los 30 años de La novela de Perón de Tomás Eloy Martínez; y a comienzos de 2017 se publicó una edición conmemorativa de los 25 años de Corazón tan blanco, de Javier Marías. Ese mismo año se hizo lo mismo con Tres tristes tigres, de Guillermo Cabrera Infante, al cumplirse 50 años de la primera edición. Hace unos meses se publicó una nueva edición de El olvido que seremos, la novela de Héctor Abad Faciolince, y aunque no se anunció oficialmente como “conmemorativa”, se hizo hincapié en que aparecía al cumplirse los diez años de la primera edición.
Hay un criterio comercial detrás de estas ediciones, sin duda, pero en algunos casos se aprovecha la ocasión para publicar ediciones corregidas, críticas o acompañadas de materiales relevantes de distinta envergadura. En el caso de Rayuela se incluyó un mapa (“El París de Rayuela”) y unas 25 páginas con extractos de cartas de Cortázar que contienen información sobre el proceso de escritura de la novela; la edición de Marías incluyó un dossier de materiales críticos sobre la novela; la del cincuentenario de Tres tristes tigres incluyó un breve texto del autor sobre su novela y la censura (que había sido publicado anteriormente en la edición de Biblioteca Ayacucho) y el dossier “Lo que dijo la censura sobre Vista del amanecer en el trópico en 1964 y sobre Tres tristes tigres en 1967″. El 40 aniversario de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, fue conmemorado con una edición que restituyó el título y texto originales (Soldados de Cataluña) e incluyó algunos documentos relacionados con la censura y la recepción crítica de la novela. Las ediciones conmemorativas que publica la Real Academia Española en asociación con la Asociación de Academias de la Lengua incluyen dossiers con ensayos interpretativos sobre cada una de las obras publicadas.
Quizás sea Cien años de soledad la novela contemporánea más celebrada con ediciones conmemorativas. Tengo registradas las siguientes: 25 años (Oveja Negra, Sudamericana), 30 años (Norma), 40 años (RAE, Arte y Literatura, Mondadori, Sudamericana y, en catalán, Belacqva) y 50 años (Sudamericana, Alfaguara y una reimpresión de la edición de la RAE de 2007). También se hizo un lanzamiento especial en 1995 en ocasión de la edición número 100 de Sudamericana. Ninguna de ellas, empero, puede considerarse una edición crítica.
Cien años de soledad también ha sido objeto de otro tipo de conmemoraciones. En 2007, en Cartagena de Indias, se rindió homenaje a los 40 años de la novela y los 80 de García Márquez y se lanzó la edición conmemorativa de la RAE. En 2017, para el cincuentenario, se realizaron exposiciones, mesas redondas o congresos en La Habana (Casa de las Américas), Buenos Aires (Biblioteca Nacional Mariano Moreno), Bogotá (Secretaría de Cultura de la Alcaldía y otras instituciones), San Lorenzo del Escorial (Universidad Complutense), Austin (Harry Ransom Center) y otras ciudades. Un dossier de Casa de las Américas, un catálogo de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (El año mágico de García Márquez), y un libro conmemorativo publicado en Guadalajara, son algunas de las publicaciones asociadas al cincuentenario de Cien años de soledad.
No pretendo hacer comparaciones entre Cien años de soledad y La ciudad y los perros. He ofrecido la información anterior para subrayar el hecho de que hay ciertos libros -unos más que otros- cuya importancia y vigencia reclaman ser recordados en fechas simbólicas. En el caso de La ciudad y los perros se han marcado con diversas actividades los aniversarios número 20, 40 y 50. (No he encontrado huellas de que se haya conmemorado el décimo y el trigésimo aniversarios, en 1973 y 1993 respectivamente). A continuación ofrezco un resumen de las actividades que he podido rastrear con ocasión de los tres aniversarios antes mencionados.
1983: veinte años
En octubre de 1983 Patricia Pinilla, a nombre de Ediciones Andinas (representantes en el Perú de Editorial Planeta y Seix Barral) y Élida Román, reconocida promotora del arte peruano y propietaria de Galería 9, organizaron un coloquio y una exhibición para conmemorar el vigésimo aniversario de la publicación de La ciudad y los perros. En una carta del 28 de setiembre de ese año Pinilla le contaba a Vargas Llosa detalles de la planificación de la mesa redonda:
La mesa redonda sería el 27 de octubre y Élida está empeñada en poner en el panel a los insoportables Abelardo Oquendo, Mirko Lauer y Pablo Macera. Yo por mi lado voy a decirle a Willy Niño de Guzmán, Peter Elmore y tal vez Ana María Gazzolo para equilibrar la cosa. Finalmente se convertirá en un “mano a mano” generacional: los veteranos representantes de la crítica literaria contra los jóvenes…
Al final, la mesa redonda se hizo con Alberto Escobar, Abelardo Oquendo, José Antonio Bravo, Edgar O’Hara, Peter Elmore y Guillermo Niño de Guzmán (Oiga, 146, 24 de octubre de 1983).
La exhibición que se inauguró el 24 de octubre y se mantuvo hasta el 5 de noviembre de 1983 incluía trabajos de los artistas plásticos José Tola, Bill Caro y Hernán Pazos que se comisionaron para ilustrar una edición colombiana de la novela que se publicó (de manera incompleta) en fascículos por Interedit (International Editores Ltda.). (Ver esta nota para mayor información sobre esa publicación). Otra artista peruana, Cristina Gálvez, también participó de ese proyecto, aunque sus trabajos no fueron parte de la exposición. El crítico de arte Luis Lama comentó la muestra en una nota publicada en Caretas (No. 771, 23 de octubre de 1983).
La exposición mostró también 42 ediciones en 18 idiomas de la novela y reprodujo diversos recortes periodísticos que ilustran la recepción de la novela en el Perú en 1963 y 1964. Según informó Andrés Longhi en Caretas (No. 772, 31 de octubre de 1983), la muestra desató “la ira agazapada de los que no perdonan el éxito (…) ahora se pretende poner a Vargas llosa en el ‘índex’ por otros motivos: su posición política quiere ser imbricada en su producción, sin distinguirse que se trata de dos cosas enteramente distintas (…) Hoy se le ataca por ser bombero del Vargas Llosa incendiario de los años sesenta”. No he podido encontrar evidencias de esos “ataques”, pero es casi seguro que tuvieron que ver con el giro ideológico que había dado Vargas Llosa desde su ruptura con la revolución cubana y el socialismo y, en un contexto más inmediato, con la áspera controversia en que se vio envuelto a raíz de su participación en la comisión formada por el gobierno peruano para investigar el asesinato de ocho periodistas en Uchuraccay.
2003: cuarenta años
El 27 de octubre de 2003, en la Casa de América de Madrid, tuvo lugar una conversación entre el periodista español Iñaki Gabilondo y Vargas Llosa. En ella, el escritor repitió una vez más muchos de los mitos que han rodeado la historia de su novela y que he comentado y tratado de despejar en mi libro. Al final, Vargas Llosa leyó un fragmento de la novela seleccionado por el periodista Juan Cruz:
El suplemento “Blanco y negro cultural” del diario madrileño ABC publicó, el 1 de noviembre, un especial por los 40 años de la novela con textos de José Miguel Oviedo (p. 4, p. 5) y Fernando Iwasaki. Y en Hofstra University, en Nueva York, Miguel Ángel Zapata organizó un simposio en noviembre con la presencia del novelista. Una selección de las ponencias allí presentadas se publicó más tarde en el volumen Mario Vargas Llosa and the persistence of memory (Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2006).
2012-2013: cincuenta años
El cincuentenario de la novela se celebró a lo largo de dos años: en 2012, al cumplirse el medio siglo del Premio Biblioteca Breve y en 2013, en ocasión del 50 aniversario de la primera edición. En julio de 2012, la Casa de la Literatura, en Lima, organizó una mesa redonda sobre los cincuenta años del premio. En noviembre de 2012 se realizó, en varias instituciones españolas, un congreso titulado “El canon del boom“, coordinado por la “Cátedra Vargas Llosa” e inaugurado por el escritor en la Casa de América de Madrid. En Lima, también en noviembre de 2012, se organizó una exposición y un coloquio en la Biblioteca Nacional del Perú que dio lugar a la publicación de un breve libro, Cincuenta años de La ciudad los perros. Homenaje a Mario Vargas Llosa (Santillana – Biblioteca Nacional del Perú, 2013). La Universidad de Málaga publicó el libro El silencio y la palabra. Estudios sobre La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, editado por Cristóbal Macías Villalobos y Guadalupe Fernández Ariza. La revista Letras Libres, en México, organizó un dossier publicado en setiembre de 2012. Y, por supuesto, también en 2012, se publicó la edición conmemorativa a cargo de la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua. En diciembre de 2013, finalmente, la Casa de la Literatura, en Lima, organizó una exposición (“El poder es cada individuo. Rutas de La ciudad y los perros“) y un congreso internacional (“La ciudad y los perros y el boom hispanoamericano”).
Lo que se echó de menos en estas conmemoraciones, en particular la del cincuentenario, fue la publicación de una edición crítica de la novela que, siguiendo la estela del proyecto que imaginó el académico español Francisco Rico en la década de 1970, restituyera el texto original y ofreciera información que permitiera contextualizar las historias, los personajes, los escenarios y el lenguaje de la novela.