La ciudad y la piratería

La piratería de libros contemporánea es un fenómeno difícil de combatir pero no de explicar: libros que cuestan entre 20 y 25 dólares en el mercado formal pueden ser adquiridos, en ediciones piratas, por 3 o 4 dólares. Los compradores no son únicamente personas de escasos recursos para quienes comprar un libro legítimo puede resultar oneroso, sino también personas de solvencia económica que podrían fácilmente adquirir ejemplares legales. Hay una cultura extendida, que atraviesa distintas clases sociales, que no considera la compra de un libro pirata un delito o un problema ético, o si acaso lo ve así, tampoco le importa mucho. Un lector para quien las ediciones piratas son “feas”, aceptó de buena gana el regalo de un ejemplar pirata de Cinco esquinas, la novela más reciente de Vargas Llosa: “mis ganas de leerl[a] pudieron más. Además que ni huevón iba a pagar las casi 70 lucas que cuesta”.

La piratería de libros no es un fenómeno reciente, ni en el Perú ni en el resto del mundo. El libro de Adrian Johns, Piracy (University of Chicago Press, 2009), es uno de los pocos que ha tratado históricamente este aspecto de la industria editorial. La piratería ha tenido con frecuencia una motivación económica, pero también ha sido usada para contrarrestar la censura y para superar las dificultades existentes en la distribución y comercialización de ediciones legítimas. Según el historiador Robert Darnton, la mayoría de libros que circulaban en Francia hacia 1770 eran piratas. Darnton ha sugerido que la piratería jugó un papel importante en la difusión del pensamiento ilustrado.

Aunque no hay un estudio sistemático de la piratería de libros en el Perú del siglo veinte, existe evidencia anecdótica sobre su práctica a lo largo del tiempo por parte de editores supuestamente serios y formales. En muchos casos se trataba de ediciones aparentemente legales pero que no contaban con la autorización de los autores; en otros casos, los editores imprimían cientos si no miles de libros por encima de los tirajes declarados oficialmente. El caso de Manuel Scorza -creador y editor de colecciones populares como los “Festivales del Libro” y “Populibros peruanos”- es quizás el que más se ha ventilado en público, pero ciertamente no es el único. En 1958, por citar un ejemplo, Scorza incluyó en la cuarta serie del “Festival del Libro Peruano”, sin autorización (y, por tanto, sin pagar derechos de autor), un libro de Pablo Neruda. Se trataba de un volumen que incluía 20 poemas de amor y una canción desesperada y Alturas de Machu Picchu. Enterado del asunto, Neruda envió un reclamo a Scorza y este contestó admitiendo la irregularidad, atribuyéndola a un “exceso de entusiasmo” y ofreciendo pagar los derechos por los 25,000 ejemplares del libro de Neruda:

(…) ya se imaginará usted el profundo disgusto que sentí al enterarme de este hecho irreversible, que nos reclama el título de piratas (…) Si su generosidad, si su corazón nos autoriza siquiera a dirigirle una nueva carta, adjuntando sus derechos, nos habremos quitado un peso de encima: repito que la publicación de los 20 poemas fue sólo un exceso de entusiasmo de gente que le admira y que considera que sin sus libros queda trunca toda biblioteca básica de cultura americana (Carta del 16 de diciembre de 1958, citada en Daniel Schidlowsky, Las furias y las penas. Pablo Neruda y su tiempo, RIL ediciones, vol. 2, p. 995).

En el Perú la piratería representa hoy un negocio multi-millonario que, lejos de ser una práctica clandestina y oculta, se muestra a la luz del día en calles, esquinas, librerías informales y kioskos. Cada cierto tiempo se producen allanamientos en los lugares de impresión y venta de libros piratas en Lima y otras ciudades, pero se trata de esfuerzos aislados y no siempre motivados por un sincero deseo de acabar con dichas prácticas. (Sobre la piratería de libros en Lima recomiendo leer el artículo de Daniel Alarcón publicado en inglés en 2010 en la revista Granta y traducido al español en The Barcelona Review). Existe también un intenso tráfico de libros piratas en la frontera entre Perú y Bolivia, de modo que se trata además de un negocio de exportación. Me he tropezado con libros peruanos piratas en distintas ciudades de América Latina y España. En Barcelona, todavía hoy se vende por internet este ejemplar pirata de La palabra del mudo de Ribeyro, pese a que hace más de un año le advertí al vendedor sobre su procedencia ilegal:

A nadie habrá de sorprender que las novelas y ensayos de Vargas Llosa hayan sido repetidamente pirateados a lo largo de los años, sobre todo en el Perú pero también en otros países de habla hispana. Algunos ejemplares que he visto en venta (físicamente o por internet) contienen gruesas fallas de impresión y otros son francamente burdos, como este de El pez en el agua:

Las dificultades para conseguir una copia de La novela en América Latina: Diálogo, de Vargas Llosa y García Márquez (originalmente publicada por Milla Batres en 1968) fueron parcialmente subsanadas por algún astuto editor pirata que le cambió el título al libro, agregó el discurso pronunciado por García Márquez en la entrega del Premio Nobel en 1982 y colocó una introducción en la que parece justificar la publicación pirata aduciendo que “es un deber para los hombres de la América morena romper la opresión extranjera, y la vida nos enseña que para la emancipación definitiva no basta sacudirnos del yugo económico y político, sino también del yugo cultural”.

Portada de la edición pirata, fechada en 1988, del Diálogo entre García Márquez y Vargas Llosa

Algo parecido ocurrió con el libro de Vargas Llosa García Márquez. Historia de un deicidio, del cual se publicaron dos ediciones en Barcelona (Barral, 1971) y otras tantas en coedición con editoriales latinoamericanas (Monte Ávila de Caracas y Difusión Ltda. de La Paz respectivamente). Luego de la ruptura entre los dos novelistas, Vargas Llosa se negó a autorizar la reedición del ensayo. Una vez más los editores piratas se encargaron de satisfacer la demanda, no solo en el Perú sino también en otros países latinoamericanos:

Portada de una edición pirata de García Márquez. Historia de un deicidio.
(Imagen tomada de la cuenta de twitter del ex-presidente dominicano Leonel Fernández)

También circulan ediciones digitales piratas de los libros de Vargas Llosa que se pueden descargar de internet, a veces gratuitamente y a veces previo pago. Un editor pirata puso a circular por internet la novela La fiesta del Chivo a la que agregó un apéndice con materiales sobre el régimen de Joaquín Balaguer. Su intención era “corregir” un supuesto error de Vargas Llosa: no haber incluido el régimen de Balaguer en su novela. Aquí su razonamiento:

A manera de epílogo, al final de la novela hemos anexado un capítulo: “La Era de Balaguer: Para que nadie olvide”, recopilación de varios autores sobre un tema que Vargas Llosa inexplicablemente olvidó tratar en su novela, y que daría la idea de que con el ajusticiamiento del Chivo, todo había cambiado para bien en la República Dominicana, cuando lo que ocurrió fue una continuidad feroz de la dictadura, aderezada con golpes de estado, intervención Yanki y, un prolongado río de sangre que siguió manando hasta las postrimerías del milenio.

En años recientes se ha visto una mejora en la calidad de algunas ediciones piratas en el Perú. La palabra del mudo de Julio Ramón Ribeyro, por ejemplo, publicada originalmente por Seix Barral, fue pirateada en papel de alta calidad y con tapas plastificadas. ¿El precio? 20 soles por los dos tomos, menos de la tercera parte de lo que cuestan las copias legítimas.


Edición pirata de La palabra del mudo

Algunas editoriales han intentado contrarrestar la piratería con ediciones populares y baratas. El Instituto de Estudios Peruanos, por ejemplo, lo hizo con dos de sus libros más vendidos, Historia de la corrupción en el Perú, de Alfonso Quiroz (2013) y La rebelión de Túpac Amaru, de Charles Walker (2015). Todo indica que fue una decisión acertada, pues ambas ediciones se vendieron muy bien, aunque ciertamente no se eliminó del todo la circulación de ejemplares piratas. Alfaguara intentó lo mismo, años antes, con La fiesta del Chivo (2000).

Vendedor ambulante ofreciendo copias piratas de El sueño del celta (2010)

Vargas Llosa, como la mayoría de escritores, se ha manifestado abiertamente contra la piratería de libros, y es conocido su rechazo a autografiar copias ilegítimas de sus libros. Ocurrió en 2013 en la ciudad de Córdoba, cuando el periodista argentino Federico Jelic quiso conseguir el autógrafo del Nobel en un ejemplar pirata de La ciudad y los perros que, luego declaró, había comprado en Máncora y no sabía que era una copia ilegal.

Federico Jelic con el ejemplar pirata que Vargas LLosa se negó a firmar

Un peruano residente en Berlín, por el contrario, pudo obtener en 1995 la firma de Vargas Llosa en un ejemplar pirata de El pez en el agua. Al parecer, el escritor se dio cuenta de ello solo después de haber estampado su firma:

Luego de haber respondido algunas preguntas, todos se acercaron alrededor del escritorio de donde hablaba [Vargas Llosa] y se creó un pequeño tumulto. Así que yo, aprovechando eso, le puse el libro abierto para que pusiera su autógrafo. Él, luego de haberlo firmado, dijo: “Yo creo que este libro es… ¿pirata?”. Yo le respondí que sí, y me fui inmediatamente con el libro en la mano (por si acaso se le ocurriera quitármelo). En la foto miren la mueca de la boca de Mario Vargas Llosa… pero ya era demasiado tarde, ya había firmado. Así que logré que un autor firmará su propio libro pirateado.

La ciudad y los perros ha sido pirateada numerosas veces en el Perú y en otros países. Abajo incluyo imágenes de algunas de esas ediciones. Anecdóticamente, la edición pirata supuestamente publicada por Ediciones Wiracocha logró engatusar a algunos bibliotecarios y se puede consultar en la biblioteca de la Universidad Católica del Perú y en la Biblioteca Nacional de Chile.

Edición pirata que circuló en el Perú, publicada supuestamente en Santiago de Chile en 1988 por “Ediciones Wiracocha”

Edición pirata peruana, supuestamente publicada por Seix Barral e impresa en Chile en julio de 1985. En el interior aparece un falso logo de Editorial Ercilla

Edición pirata vendida en Venezuela, publicada supuestamente por “Editorial Escelicer” en fecha desconocida

Edición pirata de origen desconocido. Imita una de las ediciones de Círculo de Lectores en Barcelona

Ediciones piratas vendidas en Colombia. También imitan la misma cubierta de una de las ediciones de Círculo de Lectores en Barcelona

Edición pirata vendida en Colombia, supuestamente publicada por Punto de Lectura en fecha desconocida:

Edición pirata vendida en Colombia

Edición pirata, supuestamente peruana

Versión pirata de la edición conmemorativa de la RAE (originalmente publicada en 2012; la edición pirata circuló a partir de 2015)

 

3 responses

  1. Los libros piratas son vendidos en diversos puntos de la ciudad, sobre todo en el Centro Histórico, por indígenas de todas edades, quienes por ignorancia la mayoría de las veces se enrolan en la amplia red ilegal que distribuye esos materiales.
    https://goo.gl/Ct9m8w

  2. Y nosotros que pensábamos que solo era problema de México, en donde puedes encontrar piratería en todos lugares no solo de libros, sino de ropa, tenis, películas, etc. Son vendidos en las calles, puestos ambulantes, metro y lo peor de todo es que son idénticas. Es un problema que quizá todo latinoamérica enfrenta, pero en gran parte se podría resolver con los ebooks que en parte son “más económicos” que las versiones originales. Saludos y ojala se pueda llegar a un arreglo para escritores como para lectores y ambos podamos tener beneficios.

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