El día que se publica este post (10 de junio de 2017), la artista argentina Marta Minujín ha hecho la presentación oficial de su instalación “El Partenón de los libros”, en la feria de arte “Documenta” que se desarrolla en la ciudad alemana de Kassel. La ubicación es altamente simbólica: en Friedrichsplatz, donde ahora se erige este Partenón, fueron quemados por los nazis cerca de 2,000 libros el 19 de mayo de 1933.
El proyecto retoma una idea puesta en práctica por Minujín en Buenos Aires en 1983, en protesta por la destrucción de libros durante la dictadura militar argentina. Como es sabido, miles de libros fueron incinerados en la ciudad de Córdoba en 1976, por ejemplo, y en 1980, toneladas de libros (algunos cálculos arrojan un total de un millón y medio de ejemplares) del Centro Editor de América Latina (CEAL) fueron destruidos por los militares. (Para mayor información sobre la destrucción de libros en Argentina se puede consultar el libro de Hernán Invernizzi y Judith Gociol, Un golpe a los libros. Represión a la cultura durante la última dictadura militar, Eudeba, 2002).
El nuevo “Partenón de los libros” consiste en una enorme estructura metálica de 35 x 70 x 22 metros cubierta por miles de libros envueltos en bolsas plásticas. Los libros, publicados en varios idiomas, son títulos que alguna vez estuvieron prohibidos en distintos países o que fueron destruidos por ser considerados subversivos o inmorales. Entre los autores allí representados están Marx y Engels, Freud, Brecht, Solzhenitsyn, D.H. Lawrence, Dickens, Rushdie, Balzac, Orwell, Salinger, Pamuk, Goethe, Pasternak, Kafka, Twain, Henry Miller, Ana Frank y muchos otros. Se calcula que se utilizarán 100,000 libros para este proyecto. Al final de la exposición, los libros serán donados a bibliotecas públicas y refugios de migrantes en Europa.
La autora y los organizadores de Documenta hicieron un llamado al público a donar libros para la instalación. En Argentina se hizo una campaña para reunir libros, fundamentalmente aquellos que fueron prohibidos o destruidos por la última dictadura militar (1976-83). Según reportes periodísticos, un total de 6,000 libros correspondientes a 300 títulos han sido enviados a Kassel. Entre los autores latinoamericanos están García Márquez, Jorge Amado, María Elena Walsh, Benedetti, Neruda y Vargas Llosa. De este último se incluyeron Los jefes y La ciudad y los perros. Estos y otros títulos de Vargas Llosa -junto con los de muchos otros autores- fueron incinerados por los militares argentinos, y su novela La tía Julia y el escribidor fue prohibida “por sus contenidos distorsionantes e intencionalidad, reiteradas ofensas a la familia, la religion, las instituciones armadas, y a los principios morales y éticos que sustentan la estructura espiritual e institucional de las sociedades hispano-americanas y, dentro de estas, a nuestra Nación”. (Una lista de libros prohibidos por los militares argentinos se puede consultar en este documento preparado por el Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba) .
Invito a los lectores a ver alguno de los varios videos que se han publicado sobre la erección del “Partenón de los libros” (Video 1, Video 2). En uno de ellos se puede apreciar un ejemplar de la edición inglesa de La tía Julia y el escribidor, que pude identificar gracias a Augusto Wong:
A continuación, incluyo algunas fotografías tomadas de varios medios digitales:
Interesante artículo! Las dictaduras son un paso para avanzar en la sociedad, y ver que hay algo más allá de ellas. A veces hay que tocar fondo para subir a lo más alto.
Un saludo desde España y nuestro blog militar https://vayamili.com/
La novela es un proyecto vital complejo, oculto, privado que se pone de manifiesto en el texto sin censura alguna, espontáneo, crudo, provocador y abiertamente contestatario.
Sin descartar en todo ello las programaciones sociales acerca del gusto literario, la ideología dominante y la influencia ejercida por los medios de comunicación masiva.
https://goo.gl/bTXKzf