La piratería de libros es un negocio tan antiguo como vigente. Vilipendiada y combatida por editores, autores y libreros, la piratería ha permitido llevar a muchísimos lectores materiales que, por su alto precio, la censura o dificultades en su comercialización, no estaban a su alcance.
A lo largo de la historia la piratería de libros ha respondido a distintas motivaciones, ha tenido un impacto diferenciado sobre el mundo del libro y la lectura, y ha operado con criterios y tecnologías cambiantes. Si antes se pirateaba especialmente libros prohibidos, best sellers y textos escolares y universitarios, hoy se piratea prácticamente cualquier libro que se presume de interés para potenciales compradores. La tecnología permite utilizar una modalidad que podemos llamar “pirataría bajo demanda”; es decir, se hacen tirajes cortos y, dependiendo de las ventas, se imprimen y distribuyen cantidades más altas. De ese modo los distintos agentes que participan del negocio no se perjudican con altos tirajes que luego no encuentran compradores. Esa modalidad se utiliza ampliamente en el Perú, uno de los países donde la piratería está más extendida y goza de mayor impunidad. Hace un tiempo pregunté por un libro en un puesto de ventas en el Jr. Quilca, en el centro de Lima, y el vendedor me dijo, de la manera más natural: “Se lo puedo preparar al toque. Deme veinte minutos”.
La calidad de las ediciones producidas por los piratas también ha mejorado y no es infrecuente ver libros impresos en papel de primera calidad y con cubiertas con solapas, al punto de que resulta difícil a veces distinguirlos de los originales. Por supuesto, también se ponen en circulación ejemplares mal impresos, mutilados y en papel burdo.
Entre los libros del Boom, el más pirateado en número de “ediciones” y de ejemplares puestos en circulación es, casi con seguridad, Cien años de soledad. Existen numerosas ediciones pirata de la novela de García Márquez, incluyendo réplicas de las ediciones conmemorativas del 40 aniversario (2007) y del 50 aniversario (2017), ambas en tapas duras y la segunda con ilustraciones a color [Foto1, Foto2, Foto3]. Resulta evidente el esmero con que se prepararon esas ediciones. Algunos libros de Vargas Llosa –La ciudad y los perros, La Fiesta del Chivo– han circulado también ampliamente en versiones pirata.
Un libro como Las cartas del Boom estaba destinado a ser pirateado, aunque las dimensiones de su circulación son difíciles de estimar. Hemos identificado al menos tres versiones pirata de este libro en el Perú. Todas ellas estén impresas en formato más pequeño que el original y todas han utilizado como base la versión digital epub del libro, que tiene las notas al final del texto, no a pie de página como sucede en la versión impresa. Los editores pirata, para ahorrar papel, eliminaron las más de 700 notas de los editores así como el índice de nombres, con lo cual hicieron un flaco favor a sus potenciales compradores al poner en circulación una versión mutilada del libro.
Las tres ediciones tienen diferencias entre ellas. La primera, la más barata (la ofrecían por 28 soles) no tiene solapas y la encuadernación es engomada; la segunda (45 soles) es idéntica a la anterior salvo por el hecho de que la carátula tiene solapas; y la tercera (59 soles), ligeramente más grande, ha sido impresa en tapas duras, encuadernada con costuras y trae una cinta separadora: se podría decir que es la “edición de lujo” de la piratería. Los precios (siempre negociables, por supuesto) son significativamente inferiores al de la versión original de Alfaguara, impresa en Colombia, que se vende en librerías peruanas a 129 soles (aproximadamente US $34.50).
Reproducimos fotografías de esas ediciones pirata ofrecidas en librerías informales de Lima y rodeadas de muchos otros títulos -todos ellos pirateados, por supuesto.
Edición en tapa blanda sin solapas
Edición en tapa blanda con solapas
A la izquierda, edición en tapa dura; a la derecha, en tapa planda sin solapas
Costuras en la edición en tapa dura