El arte de Diego Rivera ha cambiado lugares públicos en México, Detroit, y San Francisco. Con la complejidad de su arte, Rivera ha transmitido sus perspectivas. Rivera involucra diferentes clases sociales, situaciones económicas, personas y etnicidades en sus obras. El arte puede cambiar las perspectivas e ideas de personas comunes, como también reflejar perspectivas que antes no tenían un lugar para expresarse. Rivera toma las realidades de las personas y las convierte en arte.

El arte en lugares públicos está hecha para la gente común. No se compra ni se vende, es de todos. Rivera no hace arte simplemente para embellecer a un lugar, lo hace para transmitir mensajes socio culturales. Por esta razón, empresarios como Rockefeller y Ford consideraron algunos aspectos de su arte como controversiales. Sin embargo, Rivera simplemente reflejaba los puntos de vista de los obreros, de la gente común. Rivera veía esto como su responsabilidad, consideraba su arte como una forma de propaganda, pero propaganda que le dedicaba al trabajador, el que vivía las dificultades de un sistema capitalista que no siempre los recompensaba justamente por su trabajo.

Un lugar como la fábrica de autos Ford en Detroit es una fábrica gris, sin color, un lugar de eficiencia logística y tecnológica. Los murales de Rivera les dan una oportunidad a los obreros de Ford para ver algo más, para pensar. La forma de automatización de las fabricas de Ford no permitían muchas oportunidades para interacción o de descanso. Las obras de Rivera permitían ver algo nuevo, un homenaje al trabajo difícil pero honesto.