Ejemplar de la primera edición de Rayuela que perteneció a Julio Cortázar.

El 28 de junio de 1963, hace exactamente sesenta años, salió de la imprenta, en Buenos Aires, la primera edición de Rayuela, una de las novelas fundamentales del Boom. Poco más de un año antes, en mayo de 1962, Cortázar le escribía al poeta y traductor Paul Blackburn: «Casi he terminado Rayuela, la larga novela de la que te he hablado varias veces. Como es una especie de libro infinito (en el sentido de que uno puede seguir y seguir añadiendo partes nuevas hasta morir) pienso que es mejor separarme brutalmente de él. Lo leeré una vez más y enviaré el condenado artefacto a mi editor. Si te interesa saber lo que pienso de este libro, te diré con mi habitual modestia que será una especie de bomba atómica en el escenario de la literatura latinoamericana».
Más allá de la hipérbole, lo cierto es que Rayuela fue celebrada con entusiasmo por críticos y escritores, entre ellos dos de los otros autores de Las cartas del Boom. Apenas terminada su lectura, en enero de 1964, Fuentes le escribió a Cortázar: «Acabo de cerrar, esta mañana, el libro. ¿Por dónde empezar? ¿Qué puedo decirte? ¿Que jamás, en la literatura latinoamericana —y me quedo corto— he vivido más intensamente una novela? (¿Por qué la llamo así?, ¿es novela el día que pasé sujetando tablones en Buenos Aires, la noche que pasé, con la risa y la náusea mezcladas en la garganta, acompañando a Berthe Trépat en su concierto de sonámbulos y en su sueño de calles parisienses?, ¿es novela la obsesionante continuidad de la vida sin pasado ni presente, todo hoy, nada ayer, nada mañana, de esa totalidad en la que todo está siendo, desbordando los límites convencionales para prolongarse en el presente de Carlos Fuentes, en lo que dice, hace y escribe?). No puedo aún sentarme a escribir sobre un libro que jamás regresará a los estantes». (Las cartas del Boom, p. 75).
En junio de 1964, por su parte, Vargas Llosa escribiría: «La aparición de Rayuela es un acontecimiento mayor. Por la riqueza de su contenido, que expresa anchos sectores de la vida, y por la originalidad de su forma, que abre nuevos horizontes a un género, pienso que este libro de Cortázar se aproxima más que cualquier otro de nuestros días a eso que debería ser la ambición profunda, permanente, de todo narrador: escribir esa imposible, meramente utópica novela total, que expresaría la realidad total». («Rayuela, de Julio Cortázar. Un libro mayor», incluido en el apéndice de Las cartas del Boom).
Rayuela fue también un éxito editorial, aunque la primera edición, de 3,000 ejemplares, tardaría un poco en agotarse. La segunda, de 1965, tuvo un tiraje de 4,000 ejemplares. El crecimiento en ventas y lectores se verá reflejado con mayor claridad a partir de 1966: las cinco siguientes ediciones, publicadas entre ese año y 1970, sumaron un total de 91,000 ejemplares. En 1969, Casa de las Américas, en La Habana, publicó la primera edición no argentina, con prólogo de José Lezama Lima y un tiraje de 10,000 ejemplares.
En 2019 se publicó una edición conmemorativa a cargo de la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española, que incluyó textos de García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes.