Ser llamado un Oregonian siempre ha sido un cumplido. Especialmente en mi ciudad de Portland, la gente ama ese apodo. Es porque ese título está relacionado con gente que cuida para el medio ambiente. En el estado de Oregon, la gente enfoque en varias acciones verdes, como reducir basura a través del reciclaje y compost. Y por mucha de mi vida, he sentido que estoy haciendo mi parte para ayudar al planeta cada vez que pongo algo en el reciclaje. Pero, después de mirar la película Wasteland, sé que lo que yo, y la mayoría de los Oregonians que yo conozco hacemos, es minúsculo en comparación con lo que los catadores de basura hacen cada día en lugares como Jardim gramacho, que cerró en 2012 después de 34 años de operación.
Me sentí triste mirando esta película porque es difícil imaginar la cualidad de vida que estas personas tienen. Trabajen muy duramente en un lugar sucio y solo reciben poco dinero. También, antes de este documental, ellos no recibieron respeto del resto del mundo para su trabajo, aunque estaban haciendo trabajo muy importante para el medio ambiente. En contra, ellos eran maltratados de la sociedad por ser sucios. Es triste porque ellos solo tenían este trabajo por eventos desafortunados en la vida que muchas veces no podían controlar, entonces este trabajo era su única opción. Si uno de ellos hubiera nacido en otra familia, podía tener el privilegio de ir a escuela para ser doctor o abogado, o tal vez un artista famoso como Vik Muñiz. Pero, por circunstancias, sus careras se convirtieron en recolectando basura en un vertedero.
La cosa increíble era que muchos de ellos eran felices en sus vidas y interesados en su trabajo. Para ellos, había un sentido de orgullo para hacer algo bueno para el medio ambiente. Y ellos eran políticamente vocales en su expresión de la necesidad para sistemas y servicios de reciclaje, que además mostró sus motivos para limpiar la tierra. Un interesante debate ético en el documental era la discusión de permitir que ellos viajaron a Inglaterra para observar la subasta de su arte. La hesitación era porque ellos nunca habían sido expuestos al resto del mundo porque nunca habían tenido la oportunidad para viajar. Observando la vida de gente de clase media y alta en Inglaterra podía tener el efecto de darlos un sentido de desesperación en sus vidas, porque podían comprender que sus vidas están mas difíciles y pobres que los demás en el mundo. Y, después de regresar a Brasil, no iban a querer continuando en el vertedero. Me gustaba el argumento de Muñiz cuando dijo que no es algo malo si ellos reconocen que el trabajo que hacen es mas sucio y difícil que los demás en el mundo, porque va a motivarlos a tratar de encontrar otro trabajo y mejorar su situación. Y, después de que Jardim gramacho cerró, muchos encontraron trabajos mejores, que es bueno. Quiero concluir con el hecho de que yo solo soy llamado un Oregonian en una manera positivo por mi privilegio. Hay gente en el mundo que realmente están sacrificando sus medios de vida para mejorar y deben ser apreciados. Ellos son los verdaderos Oregonians, aunque no son de Oregon.